El próximo martes Spotify debutará en Wall Street. Veamos las números de la plataforma de streaming musical al 31 de diciembre de 2017: tiene una buena cantidad de usuarios, 159 millones en total. De todos ellos, 71 millones pagan una suscripción mensual de entre 6 y 8 dólares en 65 países. Cada uno de los usuarios de la versión free (con publicidad) escucha 25 horas de audio por mes, pero quienes pagan escuchan hasta tres veces más de tiempo.
En un informe financiero reservado a potenciales inversores, la empresa les prometió que terminará este año con 96 millones de usuarios pagos (un aumento del 36% respecto a 2017). Pero tiene muchos gastos. Spotify debe pagarle a las discográficas (Universal, Warner, Sony music, etc.) por las reproducciones de las canciones.
El año pasado le ingresaron casi 5 mil millones de dólares (un 38% más que en 2016), pero cerró sus balances con una pérdida operativa de 461 millones. Cuanto más grande es la empresa, más dinero gana pero también más gasta en regalías.
Un dato curioso y no menor: la discográfica Sony Music tiene casi el 6% de las acciones de Spotify. También Tencent (el grupo chino líder en Asia dueña del mensajero WeChat, entre otras empresas) tiene el 7,5% de las acciones.
Por los altos gastos la empresa necesitaba salir a la bolsa cuanto antes y recaudar dinero fresco. Se dice que obtendría mil millones de dólares y con esos ingresos sanearía sus cuentas.
Por otro lado Spotify piensa diversificarse y pisar por primera vez en la industria del hardware con un parlante inteligente propio, que sería lanzado antes de fin de año. El objetivo es doble: convencer al mercado financiero de que su negocio es rentable y no depende solo de un único servicio y competir con Apple Music, el servicio de streaming de la manzanita que ya lanzó su parlante, el HomePod.
La diferencia entre ambos aún es grande, pero se achica mes a mes. Apple Músic crece más rápido (un 5% mensual contra el 2% de Spotify) y se le acerca peligrosamente, sobre todo en los EEUU. El servicio de música de Apple arrancó en 2015 sin mucho éxito inicial pero ya tiene casi 40 millones de usuarios (todos pagos, no existe el servicio free). Y Apple tiene una marca imbatible, una gran espalda financiera y más dinero en efectivo que Spotify. Un ejemplo: en diciembre pasado sacó la billetera para quedarse con Shazam, la famosa app de origen británico que reconoce las canciones que suenan a nuestro alrededor. Y tiene más tracción de usuarios gracias a sus productos de hardware: iPhone, Mac, iPad y ahora el parlante HomePod (que solo funciona con iOS y Apple Music). Difícil competirle a semejante delantera.
El de los parlantes asistentes para el hogar controlados con la voz es una categoría bastante nueva pero en ascenso. Strategy Analytics pronostica que para el 2022 se venderán en el mundo 62 millones de unidades (contra los 8 millones de 2017).
La clave está en que se conviertan en el centro de control hogareño, conectarlo vía WiFi con los demás electrodomésticos, las luces, los servicios, etc. Con su parlante inteligente, Spotify se anotará tarde en la larga lista de los que quieren competirle al exitoso Echo de Amazon con Alexa y donde ya están el HomePod de Apple con Siri, el Home de Google, el One de Sonos, el Invoke de Harman Kardon y varios otros modelos y fabricantes (¿se sumará también Samsung con Bixby?). Se cree que Spotify cerraría su app solo para ser usada en su parlante, con lo cual encontraría ahí un diferencial frente a sus competidores y ataría a sus usuarios para convencerlos de gastarse entre 300 y 400 dólares en un parlante igual a los demás.