Memoricen este término porque lo van a leer y a escuchar cada vez más: edge computing. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Cuáles son sus beneficios?
Sabemos que el origen del término cloud computing (o nube) no está claramente identificado, pero fue en los ´90 cuando las empresas de telecomunicaciones, que antes ofrecían circuitos de datos punto a punto, empezaron a ofrecer otros servicios de red privada virtual (las VPN) a un costo mucho menor. Así surgió la nube. En agosto de 2006 Amazon Web Services (AWS) introdujo su Elastic Compute Cloud y fue el primer servicio público de Cloud Computing disponible. Microsoft Azure se anunció como «Azure» en octubre de 2008 y fue lanzado el 1 de febrero de 2010 como Windows Azure, antes de ser rebautizado como Microsoft Azure el 25 de marzo de 2014.
Con la fuerte irrupción hace pocos años de los objetos conectados (IoT por Internet of Things), gracias a los sensores, grandes cantidades de datos digitales comenzaron a acumularse en los servidores de las empresas fabricantes de esos objetos (desde Amazon a Samsung, pasando por Telefónica, LG, SmarThings, wareables como Fitbit, etc). El negocio crece sin pausa: habrá según Cisco unos 50.000 millones de dispositivos IoT en 2020. La clave está en los datos que esos sensores generan a cada segunod. Cada vez más datos para gestionar, analizar, predecir, etc.
Todos esos volúmenes de datos resultan pasivos sino tienen interconexión. Podemos hacer muy inteligente un electrodoméstico por ejemplo, una heladera, pero si esta heladera no se conecta con los demás (de otras empresas), toda su potencial inteligencia queda limitada. Y ni hablar cuando se trata de entornos industriales y empresariales grandes como fábricas, aeropuertos o edificios de oficinas, por ejemplo. O los autos autónomos.
Pero qué pasa si todos esos datos en vez de viajar y llegar hasta la nube, se procesan y se analizan antes? Es decir, en algún nodo anterior a su llegada al servidor central o directamente en el dispositivo mismo? De esa manera, cada dispositivo conectado se transformaría también en un nodo de conectividad y almacenamiento. Eso es la Edge Computing.
En NetworkWorld, definen a esta tendencia como la tecnología que «permite que los datos producidos por los dispositivos de la internet de las cosas (IoT) se procesen más cerca de donde se crearon en lugar de enviarlos a través de largas recorridos para que lleguen a data centers y nubes».
La ventaja de este sistema es que permite a las empresas ahorro de tiempo (y por eso, también dinero) al analizar los datos en tiempo real, imprescindible en industrias como salud, finanzas, retail o telecomunicaciones, entre otras. Una mayor velocidad al momento de analizar los datos mejora considerablemente los procesos internos de cada compañía.
Si les interesa el tema pueden ver el OpenFog Consortium formado por Intel, Cisco, Microsoft e instituciones académicas donde investigan la interacción de distintos sistemas como Edge Computing, fog y Cloud.