Es como un boomerang. A Julieta la soltás en la ciudad y vuelve con algo; una tipografía nueva, un libro, una idea. La calle, y casi todo lo que pasa a su alrededor, le sirve de inspiración. Julieta Ulanovsky, Diseñadora Gráfica (FADU UBA), docente universitaria, con un posgrado en tipografía, fundó hace más de 30 años el estudio ZkySky junto a Valeria Dulitzky. Desde allí surgieron un par de libros sobre edificios porteños emblemáticos, como el Planetario y el Palacio Barolo, otro sobre colectivos porteños, revista, tapas de discos, folletos, señalética. De todo. Julieta, además, es la creadora de la famosa tipografía Montserrat. Ahora, junto a Sol Matas, le dio vida a una nueva tipo que homenajea una confitería. Me lo cuenta así: «Es una tipografía con un cierto aire de dibujo de manga repostera. Pero no es empalagosa. La letra evoca algo de la belleza simple e inocente de las Confiterías, esos lugares donde aún se usa el buen trato, la delicadeza de una carta esmerada y el cuidado para lo que será un momento de goce puro. Momentos para compartir con una amiga, con una cita, con la gente del lugar, para leer un libro o únicamente mirar por la ventana. Yo festejé mi cumpleaños en una confitería».
¿Cómo nació «Confitería»?
Me encanta el cartel de la Confitería Saint Moritz que está en la esquina de Esmeralda y Paraguay, en la ciudad de Buenos Aires. Está hace 60 años y nunca lo cambiaron. Siempre me da felicidad, lo miro con devoción y entiendo el idioma en el que habla: habla de amor, cuidado, belleza y servicio. Una confitería es eso. Y cuando estudié en FADU en el posgrado de diseño de tipografía, me pareció que mis posibilidades eran un poco eso, un camino de regreso: tomar elementos tipográficos existentes y llevarlos a un contexto de diseño de tipografía. Y de paso, homenajearla.

Para tus diseños te inspirás en las ciudades, las fachadas, las calles, monumentos, etc. ¿Diseñaste tipografías u otras cosas sin el elemento urbanístico?
La ciudad me inspira y me gusta mucho. La realidad es que solo hice dos fuentes, Montserrat y Confitería y las dos se basan en la ciudad. Montserrat tiene variantes que se basan en materialidades y ejemplos de la ciudad así que por ahora no: 100% urbano lo mío.
¿Cuándo diseñas tipografías te las imaginás aplicadas? ¿en dónde?
Hay algo bueno que pasa con las fuentes (y con las canciones y me imagino que con todo lo que uno hace) y es que cuando están listas, empiezan a aparecer ejemplos de uso que jamás te imaginaste. Una letra como Montserrat tiene muchos usos posibles. Confitería tiene menos, pero en cualquier caso son muchos e impensados para mí. Yo me imagino algunos y la pruebo. Pero siempre me supera lo que viene después.
Montserrat, Confitería, los libros, nacen desde el cariño, la nostalgia de buenos momentos, la belleza estética, en alguna medida, del placer. ¿Podés diseñar desde el dolor? O la bronca, el horror, la angustia o cualquier otro sentimiento similar.
No lo sé. Sé que para mí el diseño es una forma de mirar, una manera de andar. No conozco otro modo. Incluso cuando me dediqué a la música un tiempo, también lo hacía desde el diseño. Y ese modo diseño tiene algo de eje, de ubicarme. Me da cierto sosiego en un mundo descalabrado. Me permite ordenar y organizar cosas que en el mundo no puedo, o puedo menos.
¿Diseñás cosas que quedan descartadas por alguna razón?
Sí, mucho. No se puede todo. Pasar de las ideas a lo concreto lleva mucho tiempo y esfuerzo. Es importante elegir. Por supuesto no siempre sale: mil veces me equivoco y elijo mal. También hace falta muchísima confianza. Y eso es muy difícil de lograr. El otro día leía una frase muy buena de Daniel Burman que decía que él no desvaloriza las ideas pero que «lo creativo es encontrar la manera de concretar lo que uno imagina”. Me dejó pensando…

