Martín Kohan: un bostero con todas las letras

El escritor nació en 1967 y, además de ser uno de los autores argentinos más reconocidos de su generación, es un apasionado hincha de Boca. Entonces le propongo hacerle una nota solo para hablar del xeneize: su primera vez en la Bombonera, su amor por Gatti, las lágrimas, Diego..Responde a los cinco minutos: «Claro! Mi tema favorito!».
Para empezar a leer algo de Kohan recomiendo las novelas Ciencias Morales (Premio Herralde de Novela en 2007), Bahía Blanca y Fuera de Lugar. Este año acaba de publicar Me acuerdo, unas pastillas de memorias de su infancia y Confesión (Anagrama), una novela sobre la perversidad diaria en tiempos de la dictadura de Videla.¿Por qué sos hincha de Boca?

Por Norma, la chica santiagueña que nos cuidaba a mi hermana y a mí cuando éramos chicos (mis viejos trabajaban y estaban todo el día afuera de casa) era de Boca. Ella me vinculó con un entorno más popular. Me hice de Boca por ella. ¿Sabrá lo que hizo por mí? Mi Papá era de Argentinos Juniors porque se crió en La Paternal pero no puso mucho empeño en ese tema.

¿Te acordás tu primera vez en la Bombonera?

El primer partido de Boca que vi fue en cancha de Vélez: una victoria 5-0 contra Témperley, en 1976. En la cancha de Boca, si recuerdo bien, fue uno contra Argentinos Juniors en 1977, de noche. Nos ganaron. Maradona hizo un golazo de tiro libre. Pero en ese mismo año fui a ver un partido de la Selección Argentina (de esa tanda de preparación para el Mundial que se jugó en cancha de Boca).

¿Qúe tipo de hincha sos en la cancha? ¿Puteas? ¿Jugador que más puteaste?

Soy muy fervoroso, claro: soy hincha de Boca. Lo vivo todo con la más absoluta intensidad. No puteo a jugadores de Boca, jamás. Puedo circunstancialmente pedirle que meta a alguno que veo que no mete, pero nunca putear (ya sabemos quiénes son los que putean a sus propios jugadores). Puteadas colectivas: al Beto Alonso cuando jugaba en Vélez, un Boca-Vélez en Liniers. Al rato pidió el cambio y se fue. Puteada individual, una sola en toda mi vida: a Chilavert, porque le tiró una patada sin pelota a Barros Schellotto. Yo, un profesor de Literatura, con una formación en estudios culturales y esas cosas, me colgué del alambrado y le grité “¡paraguayo hijo de puta!”. Enseguida me dije “¿qué hice? ¿cómo voy a decir eso?”. Fue mi único acto de salvajismo en 40 años de cancha.

¿Lloraste muchas veces? las primeras lágrimas que te vienen a la memoria?

-Muchas veces. Cuando canto en la tribuna: «Muchas veces fui preso y muchas veces lloré por vos», miento en la primera parte, pero digo la verdad en la segunda. Lloré de emoción y de felicidad por primera vez con el penal que Gatti le ataja a Vanderley y nos da la Libertadores del ’77. Lloré de emoción en la tribuna con el campeonato del 20 de diciembre de 1992. Lloré de emoción en la tribuna el 7 de octubre de 1995, cuando Maradona apareció por el túnel para el partido contra Colón en su vuelta: estaba otra vez con nosotros. Lloré de bronca e impotencia con el gol de Pipino Cuevas a Racing en el último minuto, porque entendí que Riber iba a salir campeón. Lloré de tristeza cuando Riquelme se puso la camiseta de Argentinos Juniors al terminar su conferencia de prensa de regreso a su club de origen. Lloré de felicidad, hasta el ahogo, con el doblete de Gabigol.

Podés hacer tu listado de ídolos. Creo que el Loco Gatti estaba primero.

Gatti. Riquelme. Palermo. Suñé. Márcico. Mouzo. Tévez. Maradona. Navarro Montoya. Carlos Bianchi, el Toto Lorenzo. La nuca de Guerra. Podría seguir. El Loco es mi ídolo más grande. Tengo su libro «Gatti «Yo el único» firmado por él. Junto con El Aleph, firmado por Borges, mis dos piezas de colección. Cuando tenía 10 años, fui a la presentación de ese libro: una cena en la cantina «La Gardeliana». No había nadie y elegí sentarme al lado de Gatti. Toda la noche al lado de él. Salí en una foto en la revista Siete Días. Fue la noche más feliz de mi vida.

El «Loco» Gatti, ídolo de Kohan.

¿Qué te produce la figura de Diego en su faceta hincha de Boca?

-El mutuo fervor da la medida de lo grande que es Boca y de lo grande que es él. Maradona ganó un solo campeonato con Boca. No es eso lo que importa, no pasa por ahí. La idolatría en Boca no se compara con nada.

Leí que empezaste a ir solo a la cnacha justo en el 81… qué recordás de ese campeonato ya mítico?

Sí, antes no me dejaban ir solo a la cancha, dependía de que me llevara mi papá. A los 14 ya me dejaban ir solo. Un recuerdo especial fue el gol de Perotti a Estudiantes, por la jugada previa de Gatti (que no venía siendo titular); pero ese partido lo vi por televisión, yo estaba en Córdoba. De ese año es el gol que más me gusta de todos: el de Maradona a Fillol (a la noche, centro de Córdoba, ganó Boca 3 a 0). Pero en la cancha vi otro gol a Fillol: en el Nacional de ese año, un tiro libre absolutamente perfecto (el partido salió 2-2).

-Te preguntaron muchas veces sobre Boca, pero ¿qué te gustaría decir que no hayas dicho?

-Que las dos pasiones más duraderas de mi vida son la lectura (arranqué a los cinco años) y Boca (arranqué a los siete). Pero no siento un orgullo especial por ser lector. Por ser de Boca, sí.

L.Z.

Agradecimiento especial Foto: Maxi Didari (El Gráfico)

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