Fundadora de la editorial de libros infantiles Ralenti, Joana (@JoyDivision en Twitter) ahora se propuso un nuevo sello: Vinilo Editora, para lanzar libros de no ficción en formato de bolsillo, más cortos. Ahora debutan con cuatro títulos: en octubre «Negro casi azul”, de Paula Mariasch y “Cómo falsificar una sombra”, de Matías Serra Bradford y en noviembre, “Parte de la felicidad” de Dolores Gil y“Padres e hijos” de Roberto Merino.

¿Cómo nace la idea de Vinilo Editora?
A fines del 2019 estaba por lanzar mi editorial infantil, Ralenti, y aunque el proyecto estaba muy
encaminado y yo estaba llena de entusiasmo, se me ocurrió la idea de Vinilo y ya no pude
detenerme. La primera idea fue: libros muy breves de no ficción.
Hacía un tiempo que prácticamente había dejado de leer ficción, fue un proceso que sucedió
sin que mediara una intención, estaba muy interesada en leer diarios, crónicas, autobiografías.
Me habían cautivado autoras como Didion, Gornick, Rachel Cusk. A mí me interesan los relatos
pero también me fascinan las ideas, las reflexiones, y eso aflora mucho en la no ficción. El
proyecto lo empecé con una amiga, Julieta Bliffeld, ella también es fan del género, ella
directamente dice: yo odio la ficción!
En el 2020 empecé un taller de escritura de no ficción con Leila Guerriero. Ahí seguí
profundizando y cuando empezó la pandemia ya tenía decidido avanzar con la editorial. En ese
momento Julieta, que iba a ser mi socia, se desvinculó del proyecto, por temas personales. Y
yo dije: ¿qué hago? Me parecía demencial hacerlo sola, Ralenti iba bien, el mundo iba muy
mal, ¿voy a hacer otro proyecto editorial? Pero soy un poco obstinada y no me gusta dejar las
cosas por la mitad, así que seguí. Supongo que también era un refugio, un lugar firme de algo
que yo podía controlar. Y empezaron a pasar cosas buenas, me llegaron materiales
interesantes y empecé a trabajar con Mauro Libertella, que trabaja en la edición conmigo, y fue
un proceso súper fluido. Se sumó Max Rompo, y nuestro entendimiento fue absoluto. Fue
intenso, porque hicimos todo al mismo tiempo: la marca, la colección, los cuatro libros.
Luego la idea de la brevedad tiene que ver con dos cosas. Una es que me gustan las
miniaturas y me gusta el objeto libro, así que un libro pequeño me parecía algo lindo para poner
en el mundo. Y la otra es que me atraía esto de leer algo de una sentada, de un tirón. Yo leo
mucho pero de forma caótica y los libros cortos que leí de un goplecito fue como si los hubiera
“absorbido” de otra forma. Es una experiencia de lectura que me encanta. Es más sensorial y
vívida, porque se te graba ese momento que leíste, dónde estabas, qué pensabas, cómo era tu
vida, podés verte leyendo y se fija todo de otra manera.
Ah, y hay otra cosa para agregar sobre la no ficción. Se discute mucho sobre la literatura del yo
y se la critica bastante. A mi me parece una discusión un poco estúpida. Esto lo aprendí en el
taller de Virginia Cosin, que fue mi primer taller de escritura, ella decía: a mí no me importa si
esto te pasó o no, a mí me importa si el texto está bueno o no. Ella erradicaba directamente la
discusión y se hablaba del texto. Entonces, si el mundo tiende a la literatura del yo, y si el
mundo también tiende a lo documental, porque en Netflix está lleno de documentales y se
consumen muchísimo: hagamos libros de calidad que capten eso que está pasando. A mí sí
me gusta la literatura del yo, casi todo es literatura del yo, y me encantan las historias
personales en primera persona y bien escritas. Y si son terribles o de llorar, me gustan más
todavía. Alivian mis pesares.
Hay cuatro títulos publicados en la colección «Sencillos», son historias cortas?
y podés adelantar algo de lo que se viene, temas, autores?
Seguro vamos a publicar un libro de Juan Villoro, un escritor mexicano, que es sobre la
escritura, es un libro precioso. Y tenemos también en proceso varios de autores locales
inéditos, que es algo que me interesa mucho hacer, dar lugar a nuevas voces.
¿Tienen pensado publicar ficción?
La verdad que para nada. Pero eso no quiere decir que no vaya a cambiar de idea. Por ahora
el foco de la editorial es no ficción. Lo que sí tenemos pensado más adelante es hacer otras
colecciones.
¿Venderán ebooks o solo papel?
Por ahora papel. Nos gusta mucho el papel y la materialidad de los libros. Pero esto no significa
que en un futuro no hagamos ebooks.
Se dice que no es negocio, que los libros se venden cada vez menos, que la
pandemia, etc. ¿Qué podés decir vos de la industria editorial local? ¿Por qué esta
apuesta?
Me encanta la pregunta. Cuando con mi socia concebimos Ralenti tuvimos una visión
comercial: los libros para niños se venden más. En cualquier familia, incluso si la lectura no es
una práctica importante, se compran libros para niños. La gente regala libros infantiles. Porque
para un niño conectar con un libro, agarrarlo, mirarlo y luego aprender a leer, es parte esencial
de su desarrollo. Las escuelas y el estado compran libros infantiles. Yo me fui volcando a los
libros y a la escritura después del nacimiento de mis hijas y quería emprender algo, y en gran
medida pensé en una editorial infantil porque yo quería que fuera un emprendimiento viable. Y
luego, además, pensamos cada libro y cada colección para un público objetivo, y nos
dedicamos a hacer libros que no veíamos disponibles en el mercado: novelas ilustradas y
cómics. Es decir, hay, pero no tantos. Eso es nuestro fuerte en Ralenti, porque trabajamos con
la imagen, la imagen es siempre una parte fundamental del relato. Y además hicimos varias
sagas, eso también ayuda a las ventas porque si un libro va bien arrastra a los que siguen.
Y todo esto también está montado sobre un proyecto de literatura de calidad. Algunos de
nuestros autores son: Laura Wittner, Pedro Mairal, Nicolás Schuff, Melina Pogolersky. Pero
bueno, esa no era tu pregunta, lo que pasa que si no lo menciono tal vez no es evidente).
Bueno, al concebir Vinilo Editora también pienso en los lectores. Yo recibo material, leo cosas
para traducir, o cosas descatalogadas para ver si vale la pena re-editarlas y te diría que leo un
poco y rápidamente tengo una intuición. Me gusta usar una categoría de cine, que es ATP, apto
para todo público. Yo busco libros de no ficción pero que puedan gustarle a todos, no digo que
tenga clarísimo qué puede andar y que no, pero estoy pensando en un lector que no es
necesariamente un “heavy reader”. Capaz es porque vengo del cine, que uno siempre piensa
en el espectador. Yo quiero editar libros que la gente quiera subrayar y los quiera compartir,
regalar, etc. Libros que se vendan. De todos modos queremos un catálogo variado, pero te
diría que busco especialmente libros que creo que pueden tocar una fibra y eso puede permitir
que circulen. O a veces recibo un material que no está terminado, pero si veo que tiene eso
que busco, ayudamos al autor a pulir su estilo y confiar en su escritura. Acá es clave el trabajo
de Mauro Libertella. Trabajar con él es una suerte enorme que tuve, él tiene mucha visión de
“catálogo” y además es un excelente editor.
Por otro lado armé un plan de negocios para imprimir de a cuatro títulos, eso me permite bajar
el costo unitario y hacer libros con una buena terminación. Busqué mucho ese efecto de
colección muy fuerte, fue algo que pensamos desde el inicio con el diseñador, que vos los veas
y los quieras tocar, agarrar, y los quieras tener todos.
Otra cosa que hice con Ralenti y me fue bien y acá voy a explorar es trabajar con clubes de
lectura. Porque te compran una tirada entera antes de que entres a imprimir y te mejora todo el
negocio.
Y trabajo mucho con mi distribuidora, Big Sur, pensando promociones, estrategias, cuándo
salir, en qué mes, teniendo el stock al día. Ellos tienen un equipo de gente muy comprometida,
que les gusta su trabajo y lo hacen con profesionalidad y compromiso.
Otra cosa más: en el caso de Ralentí la pandemia nos “favoreció”. Porque fueron las librerías
independientes las que más rápido se movieron, y pudieron reabrir y hacer envíos. Está el caso
emblemático de Céspedos, que creció en plena pandemia! Y esas son las librerías que también
conocían Ralenti y nos recomendaron. Y además creo que la gente encerrada con los niños, y
sin colegios, buscaba libros para sus hijos, nosotros vendimos bien.
Ahora creería que Vinilo, con su propuesta de libros que se pueden leer en un lapso de tiempo
acotado, también podría ser algo que vaya bien con esta época, no fue algo que pensé cuando
lo armé pero ahora intuyo que tal vez podría darse un buen match entre clima de época y
propuesta. Estamos trabajando para que sea un proyecto de calidad y rentable. Puede salir
mal, por supuesto. Pero ojalá que no.